Las secuelas derivadas del Daño Cerebral

Las secuelas del Daño Cerebral Adquirido se pueden clasificar en cinco grupos:

Problemas en el nivel de alerta: Tras un Trastorno Craneoencefálico o un Accidente Cardiovascular severo, frecuentemente se produce una pérdida de conciencia o coma. La severidad del coma se mide en todo el mundo con la “escala de coma de Glasgow”. Esa puede variar desde una simple tendencia al sueño hasta una ausencia total de reacción a todo tipo de estímulos. En los casos graves el coma puede durar días o semanas.

 

La cognición nos ayuda a analizar todo lo que nos rodea. Es la capacidad de aprender, reflexionar o tomar decisiones de acuerdo a un razonamiento. Es, por tanto, la atención, la concentración, la orientación, la memoria… y tiene muchos usos: desde algo sencillo como descifrar un mensaje hasta cosas más complejas como organizar un viaje con tus amigos.

Los problemas de cognición pueden ser transitorios y reversibles, o pueden condicionar la autonomía de la persona de forma permanente. Por ejemplo, si afectan a la orientación espacial la persona afectada tendrá problemas para ubicarse: saber dónde está o hacia dónde se dirige. Esta situación puede coexistir con las funciones motoras, sensoriales y de comunicación intacta; lo que transmite una engañosa impresión de autonomía y de salud que no se corresponde con la realidad.

Comunicación: Es normal que la comunicación a través del lenguaje verbal o escrito se vea afectada si se producen lesiones en el hemisferio dominante (por lo general, el izquierdo). Entre otros, se pueden dar algunos de los siguientes problemas:

Los trastornos del lenguaje no suelen presentarse aislados, sino que lo hacen asociados. En algunos casos predominan los problemas de comprensión y en otros los de expresión.

 

Problemas de control motor: Las lesiones en las regiones frontales y parietales de los hemisferios cerebrales, así como las lesiones en el tronco cerebral, suelen provocar debilidad en la parte del cuerpo contraria a la del hemisferio cerebral lesionado.

Son frecuentes, por ejemplo:

 

Problemas en las emociones y la personalidad: Con frecuencia la persona afectada por un Daño Cerebral Adquirido presenta inestabilidad en las emociones, depresión o pérdida de control sobre la expresión del llanto o la risa. En casos de ictus es especialmente frecuente la aparición de un síndrome depresivo.

Dentro de este tipo de trastornos podemos diferencias dos prototipos predominantes:

 

Problemas en las actividades básicas de la vida diaria: Se diferencian dos niveles de complejidad, las actividades básicas de la vida diaria y las actividades instrumentales. Dentro de las básicas se incluyen el aseo, el vestido, el control de esfínteres y los desplazamientos, por citar las más importantes. Las instrumentales hacen referencia al manejo de la persona en la comunidad; el uso del transporte público, los bancos, la realización de compras o gestiones administrativas, el desempeño laboral son algunos ejemplos.

 

Problemas en la recepción de la información: Hacemos referencia aquí a los diversos canales por los que los humanos recibimos información. Se incluyen los canales sensoriales (vista, oído, equilibrio, olfato, gusto, propiocepción) y los sensitivos (tacto).

 

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